Hay múltiples maneras de tomar nuestro café: solo, con leche, con licores, con hielo… Pero hoy no nos vamos a ocupar de ello, sino más bien del estado original del café, previo a la infusión, es decir: en grano, molido, liofilizado… Después nos cuentas cuál es tu preferido.
1. CAFÉ EN GRANO
Es sin duda la mejor manera de consumir café, porque el café en grano, sin moler, conserva mejor todas sus propiedades organolépticas (sabor y aroma). Por ello, cada vez podemos encontrar en el mercado mayor cantidad de cafeteras que utilizan café en grano y muelen la cantidad justa para cada taza de café, para que el café siempre esté recién molido y recién extraído. Sin duda, la diferencia se nota en su sabor y aroma. Una elección con máxima sostenibilidad y conciencia ecológica porque solo se generan los posos de café que como sabes, son totalmente biodegradables. Si no disponemos de este tipo de cafeteras inteligentes, siempre tenemos la opción de moler nosotros mismos el café con los clásicos molinillo.
2. CAFÉ MOLIDO
Al moler el café, lo que estamos haciendo es aumentar la superficie de contacto entre el café y el agua y obtener de esta manera una infusión con más sabor. Pero ojo, es muy importante tener en cuenta qué tipo de molido necesitamos según el tipo de cafetera que vayamos a utilizar: muy fino para cafetera expreso, molido fino para cafeteras italianas, molido grueso para cafeteras de émbolo, molido medio (más o menos como el que encontramos en las tiendas) para cafeteras de filtro. Es muy importante que el molinillo que usemos no aumente la temperatura del café mientras muele, para no alterar las características del mismo. Y si queremos un café muy molido, tendremos que recurrir a molinillos profesionales. En otro post nos entretendremos más sobre este tema.
3. CAFÉ SOLUBLE
Desde que en los años 30 se logró fabricar un polvo de café soluble instantáneo, no ha dejado de perfeccionarse y consumirse este tipo de café, sobre todo, por la comodidad que supone. El método para el café soluble es el siguiente: el café molido se introduce en grandes cafeteras con filtros donde se extrae el café a presión y a temperaturas muy elevadas. Cuando el café de la primera cafetera se agota, ésta se aparta y se sustituye por otra con café fresco y así sucesivamente hasta llegar a una concentración de café muy elevada. Finalmente el extracto de café se inyecta en una columna donde se pulveriza y deshidrata por el aporte de aire caliente.
4. CAFÉ LIOFILIZADO
El café liofilizado es un café soluble que ha sido deshidratado a través de la liofilización. La deshidratación del café por liofilización es un proceso a muy baja temperatura y elevada presión, de forma que mantiene sus cualidades biológicas sin alteraciones.
Todas estas opciones, por supuesto, las encontramos también en su versión de café DESCAFEINADO. Los que afirman que el café descafeinado no sabe igual que el café normal, tan sólo tienen parte de razón. La cafeína no tiene mucho sabor por sí misma. El café solo tendrá un sabor diferente si, además de la cafeína se eliminan otros elementos. El principio de extracción de la cafeína del café verde se ha modificado con el paso del tiempo, pero siguen efectuándose perfeccionamientos técnicos para conseguir que no se aprecie diferencia entre un café y su versión sin cafeína.
Y ahora te toca a ti ¿qué café prefieres?